martes, 28 de julio de 2009

La Casa Amarilla
Vincent Van Gogh

Sobre Vincent Van Gogh: El día en que Vincent comenzó a Morir…

Leía asiduamente a escritores franceses como Émile Zola, Moupassant, Balzac, sabía cuatro idiomas, además de latín y griego y aunque sus primeros estudios los hizo en el pequeño pueblo donde había nacido, en Groot- Zundert, Holanda, no había límites para su inteligencia, pero no aceptaba el orden impuesto por la sociedad. Tras sus estudios en el Internado de Zebenbergen y mas tarde en Tilburgen. Hacia 1869 a los 16 años trabajara en una Galería de arte, en La Haya, después como librero y más tarde fue predicador evangelista de los mineros, donde atendía a los enfermos y a los heridos por las constantes huelgas, hasta casi desfallecer.
Pinto 800 obras en poco mas de 9 años, hizo mas de 1600 dibujos, escribió mas de 750 cartas que se convirtieron en una confesión arrolladora acerca de lo que anhela y sufre un artista, y no bastaría una vida para leer las cientos de miles de paginas que se han escrito acerca de su vida y su obra, considerado genio después de muerto Vincent Van Gogh encarna el ideal del artista que será imitado, admirado, reverenciado a través del tiempo, basta con decir que hasta hay quienes piden como ultimo deseo antes de morir que sus cenizas sean arrojadas cerca de la tumba de Vincent, día tras día son retirados del lugar no solo esas ofrendas humanas, sino también cientos de miles de cartas que llegan hasta allí desde todo el planeta. Dos de sus obras figuran como record de subastas por mas de 80 millones de dólares en los años 90, Quizá lo ocurrido el ultimo 8 de junio del corriente en el Museo de Ámsterdam dedicado a la obra del artista lo dice todo, el museo recibió en esa muestra denominada Los Colores de La Noche a 530.000 personas, casi increíble para alguien que no creía ser un buen artista, según el mismo lo afirmara en una sus cartas a su hermano Theo.
Vincent describirá en una carta a su amigo Emili Bernard como pintaba sus obras: cubría los planos a veces con colores suaves, en otros muy por el contrario daba vida a los planos con pinceladas anchas y cortas que parecían la estructura de un muro o una rejilla y no vacilaba en perfilarlas con contornos, realizaba pegotes de color, trabajando con un pincel duro, rayando si se quiere las formas, en muchas ocasiones no hacia estudio previo, pintaba directamente sobre el lienzo con tanta seguridad que nunca hubo de retocarlo. Tanto en las pinturas como en los dibujos dominaba un trazo rítmico que prestaba a la obra una extraordinaria viveza.
Pero el drama es que en su vida personal no encontraba un equilibrio, después de su aventura como pastor y ya dedicado a la pintura escribirá -me siento absorbido por la naturaleza, por los colores, es algo que no puedo dominarlo- había confesado alguna vez, necesitaba pintar, pero no podía vivir del arte. Sus relatos acerca de los paisajes que se disponía pintar están imbuidos de poesía- Supón ahora un Abeto azul, verde, inmenso, extendiendo sus ramas sobre un prado muy verde y la arena manchada de luz…dice en una de las líneas de su sus cartas.
A principio de 1889 Vincent Van Gogh fue internado en el manicomio de Saint Rémy que estaba muy cerca de Arlés, una pequeña aldea en La Provenza en Francia, el lugar que había elegido para vivir y dedicarse por entero al arte, una pelea con su amigo el también genial Poul Gauguin hizo estallar en él la autodestrucción, (se corto una oreja y se la envió a una prostituta) según narran los biógrafos del artista. Se dice que siguió tranquilamente a los gendarmes que lo detuvieron en Casa Amarilla, su vivienda-taller y llevaron hasta la fría celda, sin embargo ese fue el instante en que Vincent comenzó a morir, aunque en realidad lo de la pelea con Gauguin era una excusa para que ese brote de locura terminara exteriorizándose. Estaba enfermo seguramente desde hacia mucho tiempo. Sus convulsiones de diferentes grados de violencia y duración, le impedían siquiera pensar, todo ello sumado a sus alucinaciones que lo alejaban de la realidad, lo que hoy podríamos llamarle Psicosis, no se recuperaría de la enfermedad que lo aquejara ya nunca y si hipotéticamente lo hubiera hecho, jamás los ojos de todos los que lo rodeaban aun hasta su propia familia volverían a verlo de la misma manera, atravesado ese umbral es imposible volver porque la condena social es aun mas terrible que la enfermedad, quebrada su vapuleada reputación, con su escasa vida social del todo limitada, siendo por completo dependiente de los otros no había otro remedio que buscar la manera de que todo termine.
El año que duro la internación, Vincent, seguía pintando cuando podía, a veces por semanas enteras no podía siquiera tocar un pincel, no obstante reflejó en esta su última etapa lo que veía, lo que tenía más a mano. En efecto a pesar de que prontamente dejaría ese lugar sabía que lo llevaría consigo fuera donde fuera.
Algunos críticos aseguran que había mensajes ocultos en sus obras, premoniciones de la tragedia, que había pintado de un solo impulso, en Silla con Pipa y el Sillón de Gauguin, de 1888 por ejemplo se vislumbra la muerte pues el significado de estas obras, es precisamente la ausencia, el vació; también en su obra Campo de Trigo con Cuervos que se asegura es la ultima obra del artista, (aunque otros investigadores de su vida, aseguran que pinto otras cuarenta después) para esta obra Vincent había pedido prestado un fusil o un revolver todavía eso no esta claro, y se dirigió a un campo de trigo, allí armo su caballete y efectuó dos disparos, espantando a los cuervos, de esa imagen Vincent extrajo la inspiración para esa obra que a su vez era la representación de su mas profunda tristeza, por lo general siempre hacia dos o tres obras sobre el mismo tema y de nuevo volvió a pedir el arma, pero esta vez se disparo directamente al pecho un 27 de julio de 1890. Para cuando Theo, llego al cuarto de la Posada, a donde se había arrastrado por propia cuenta, a Vincent, ya no le dolía la herida, fumaba su pipa casi absorto, con una muy leve sonrisa, que la tuvo hasta dormirse para siempre.
Entonces el mito creció hasta nuestros días como si no fuera real la búsqueda de la verdad a través del arte, esa que solo Vincent a costa de su vida pudo realizar…

viernes, 17 de abril de 2009

1ra parte: Viena. Su Esplendor y Ocaso Cultural

¿Quien no ha oído hablar del Danuvio, de los Alpes, y los Carpatos? Desde las baladas de sus primigenios habitantes Los Celtas, con sus majestuosos paisajes que se quedaron entre las notas de sus baladas de hierba perenne y heroicidad, hasta la majestuosidad de sus catedrales, de sus edificaciones, góticas, barrocas, renacentistas o al estilo propio El Biedermeir que surge en contracara al talante del imperio realizado por las virtudes de la clase media, la gente menos notable pero tan sensible que dejo sus huellas a lo largo y ancho de la ciudad ofrendándole otro color y otra armonía.
Quien puede pasar inadvertido por sus parques repletos de monumentos, sin dejar de sentirse anonadado por un lugar que fue alguna vez la capital mas importante del mundo de la cultura, del arte, especialmente de la música Mozart, Brahms, Mahler caminaron sus calles, allí se inspiro Schubert mirando los bosques solitarios y soñando con cielos que no se parecían sino a la distancia, para descubrir la anticipación del amor, donde Straus El Joven con sus valses vieneses derrumbo todas las barreras del tiempo haciendo primero que los príncipes y nobles vivieran en dentro de un sueño de belleza inalcanzable y que después se hizo parte de cualquier corazón dispuesto a descubrir las emociones.
No hay ciudad que posea más museos, mas galerías de arte, no hay quien no haya pensado en su nombre sin pensar también en un Oskar Kokoschka, un Gustav Klimt esos artistas, donde se resumieron todas las fuerzas de la creación y resultaron ser nada mas que el lado oculto de una marea, de un sentido de la belleza que es un compás que hace círculos por lo mejor de la vida, en fin Viena es el nombre no solo de una ciudad declarada patrimonio de la humanidad, sino que oculta la historia de la cultura menos imaginada, y que sin embargo no podemos dejar de saber como se hizo a si misma, no podemos dejar de sentir, de tocar porque allí digamos que nace por primera vez el esplendor del espíritu humano en toda su magnificencia.


No podemos hablar de arte sino hacemos primero un recorrido por el carácter y la historia de sus más grandes acontecimientos. Estas notas le ayudaran al lector a vislumbrar la preponderancia del arte en ciertos lugares de la tierra, que personalmente creo se debió principalmente a una tradición milenaria que a través de sus gobernantes (nobles condescendientes) le dieron la mayor preeminencia a sus Instituciones Culturales, porque sabían que allí estaba la clave de la elevación del pensamiento, lógicamente también hay que establecer una visión acerca de la cultura de elite que imperaba en esta época y sus virtudes y defectos pero eso lo haremos mas adelante, ahora nos limitaremos a develar como se produce una interacción entre la influencia de una ciudad fastuosa y sus habitantes que termino impactando de lleno con la grandiosidad de sus artistas, y como estos a la vez elevaran dicho concepto a través de sus individualidades que deslumbraran al mundo; pero esta noción solo puede ser entendida ahondado en su historia e idiosincrasia.
Para comprender las características únicas de la cultura de Viena, hay que partir de los primeros decenios de la misma. Para ello hay que remontarse a la primera historia de la antigua ciudad, dividida en dos ciclos.
Después de tiempos inmemoriales, la primacía de la cultura es recién puesta a luz por los Habsburgos, familia unida al Sacro Imperio Romano – Germánico (1438 – 1806) también a la Monarquía Hispánica (1516 – 1700) que reino por ultimo en Austria desde (1279 – hasta 1918). Esta familia es originaria de Suabia, que toma su nombre de los Suevos, pueblo que ocupo en un principio la provincia romana de la Gallaecia. Suavia fue un ducado medieval que ocupaba el suroeste de Alemania, en lo que hoy se conoce bajo el nombre de Baden – Wurttemberg, la región se extendía en partes de Baviera y Suiza.
Precisamente esta familia se establece en Suiza y su nombre deriva del Castillo de Habsburgo en Argovia, construido por el dignatario eclesiástico, Werner cuyo sobrino será el primer conde de Habsburgo.
Es en el siglo XVI tras la muerte de Felipe El hermoso y Juana, La Loca, que asume el trono el hijo de ambos, que será conocido como el Rey Carlos I, inaugurando La Casa de Los Austrias en España, aclaremos que tras la muerte de su abuelo Maximiliano I, asumirá también la corona como emperador del Sacro Imperio Romano – Germánico como Carlos V.
Solo con 19 años, su inmensa herencia comprendía los territorios de Austria, Estiria, Carniola, Corintia y el Tirol, La Corona de Castilla, Las Indias, la Corona de Aragón con Nápoles, Cerdeña y Sicilia, el ducado de Borgoña, es decir los países bajos, el Artois y el Franco Condado, región ubicada al Este de Francia. Podríamos decir que aunque el imperio había extendidose por el mundo, comienza en este periodo su lenta declinación.
Las guerras con el Imperio Otomano, la lucha contra el protestantismo, las intrigas contra los Valois (dinastía que ocupo el trono de Francia desde 1328 hasta 1589) por el dominio de Italia y otras regiones occidentales, mas adelante las guerras contra los musulmanes, y el conflicto con Inglaterra que duro 19 años. La guerra en 1635 con Francia, la nueva guerra con los países bajos que habían pasado unos años de tregua entre otras conflictos pusieron al borde del abismo al Imperio. La caída de la monarquía la llevaría en sus espaldas Carlos II el último Habsburgo español, al reconocer la independencia de Portugal y el levantamiento de Napoleón Bonaparte asestarían el golpe de gracia, que aun agonizante se extendería hasta el final del siglo XVII.
El ultimo emperador del Sacro Imperio Romano – Germánico fue Leopoldo II que ocupo el trono bajo el nombre de Francisco II quien reino como tal desde 1792 hasta 1806, finalmente paso a ser Emperador de Austria titulo que continuaría en sus descendientes hasta la derrota de los Imperios Centrales (Alemania, Austria, Hungría y sus aliados Turquía Otomana y Bulgaria) pero esta concepción de territorios hace solo a una localización geográfica; el Imperio Austro – Húngaro, ejercido por la familia Habsburgo llego al final con Carlos I de Austria y Carlos IV rey de Hungria, quien tras ser destituido se refugia en la isla de Madeira en Portugal en 1922, solo un año antes había intentado volver a retomar el poder en dos ocasiones pero no tuvo el valor ni el apoyo suficiente. El mundo ya había virado hacia otro destino.
Bien habíamos dicho que con la ascensión de Napoleón, el Imperio comienza su lento derrumbe, es por 1809 que aparece en escena un personaje nacido en Austria el Conde Clemens Von Matternich (1773 – 1859) político y diplomático, que cambiaria la historia gracias a su habilidad y astucia política pues viendo el avance de los ejércitos napoleónicos sobre Austria planea un cese de hostilidades y acuerda el matrimonio de Maria Luisa, Archiduquesa de Austria con Napoleón Bonaparte, esta era solo una tregua pues buscaba el instante oportuno para reanudar la guerra contra Francia. Solo dos años le llevaría formar una coalición en toda Europa para derrotar a Napoleón en lo que se conoció como el Congreso de Viena, es aquí entonces cuando Viena se convierte en la ciudad más importante de la cultura del mundo. Aunque el Imperio fija sus límites territoriales reduciéndose, continúa siendo el más significativo de Europa. Englobaba pues el centro así como buena parte de Italia, regiones de Hungría, Eslovaquia, Croacia.
Ya hacia el final de la 1ra guerra mundial la cultura ejercida por la ciudad de Viena, mas el ensamble del imperio a otras partes de Europa por ejemplo los alemanes en los Balcanes y el recurso de la educación como base generalizado por Viena, lleva a una suerte de realización al resto de Europa.
Hay que decir que intelectuales como Elias Canetti,(1905 – 1994) originario de los Balcanes,(Bulgaria) Premio Nobel de literatura en el año 1981 se forma en el clima cultural de Viena. Así lo afirma el propio autor en sus dos volúmenes de carácter autobiográfico. El gran critico literario y político Karl kraus (1874 – 1936) nacido en Gitschin, Bohemia. También él pasa por la experiencia vienesa del hombre y su devenir, sus trabajos como, Moralidad y Criminalidad de 1908, Juicio Mundial de 1919 entre otros hablan a las claras de la preponderancia e influencia de Viena en este periodo ya de completa decadencia del Imperio.
La mayoría de las personas que han contribuido a convertir a Viena en un prodigio cultural produjeron una gran promoción socio - económica. Posibilitando la grandeza de Europa Central. Personalidades como Sigmund Freud, (1856 – 1939) el padre de la psicología. Teodhor Herzl (1860- 1904) periodista educado en el imperio Austro -Húngaro, fundador del Sionismo (doctrina que propone la reunión en un estado libre e independiente a los judíos de la diáspora y su establecimiento en Palestina).Los genios de la música como Brahms de origen alemán (1833 – 1897) y Malher (1860 – 1911) el afamado compositor y director austriaco y también del celebre artista Oskar Kokoschka (1886 – 1980). El arquitecto Josef Hofmann (1870 – 1956) uno de los mas importantes de su tiempo, fundador de los Talleres Vieneses que ejercieron una gran influencia en el diseño industrial del siglo XX. Estas son solo algunas de las personas sensibles de Viena, que con su talento e influencia llevaron a su máximo potencial a este pequeño lugar del mundo.
Indudablemente existe una gran contradicción, pues la preponderancia de Viena sucede con la decadencia y desintegración del imperio, de ahí la elegante explicación de los historiadores del arte del porque de la psicología para la comprensión de la histeria nerviosa por la cual se produce la declinación dramática y traumática del imperio que en realidad emana de la elite cultural .La 1ra de las cosas terribles que enfrenta el imperio, sucede en 1859 por la división de las provincias mas importantes hasta completar la totalidad del norte de Italia, es decir La Lombardia, Milán, La Toscana, Florencia, Parma y Modena. Sin embargo a pesar de los insidiosos tiempos y derrotas, se reafirma por casi una década su preponderancia educacional y cultural como ninguna otra en el mundo. En segundo lugar ya hacia 1873 cuando se planea una gigantesca exposición universal, destinada a atraer hacia Viena toda la admiración del mundo civilizado, sale a luz la decadencia en la administración del Estado, que hasta ese momento era bien escondido, no obstante cuando dicha exposición no alcanza el éxito esperado, se conoce el estallido de un tremendo déficit económico que hace que los banqueros y poderosos entrañen en la especulación, el desastre ya estaba engendrado de ante mano, produciéndose una fuerte depresión y que desde Viena su epicentro se expande a toda Europa repercutiendo hasta en el sur de EE.UU.


Bibliografía: Vienne, Antón Schroll – 1963/ Critique, Viene Début d’ un Sìecle – 1975/
Politique et Culture – Ives Thoraval – 1983/ Michael Pollack, Vienne 1900 -1984/ Vienne, Historisches Museum – 1985/
Traducción del Francés: Serggio D. Oros

sábado, 7 de febrero de 2009


El Silencio…





Hace unos años mi tío Gerard Oros vino de Francia por primera vez a visitar a su hermano mi padre después de casi 30 años sin verse. Como testigo de ese reencuentro no solo aprendí el valor de los sentimientos, sino que me di cuenta porque llevo en la sangre mi atrevimiento de escribir historias; esta es una de las que mi tío me contó en una de esas noches que salimos a cenar, creo que llovía en Buenos Aires y mientras la lluvia arreciaba en los cristales de las ventanas del restaurante, su voz que le costaba pronunciar el español, me llevo muy lejos en el tiempo, al finalizar nos dijo que no existían caminos para llegar a esa capilla, donde concluía ese relato, uno solamente podía ir a pie y solo si la familia dueña de las tierras te lo permitía, tras casi un día de ardua caminata atravesando la soledad de las campiñas. No me atreví a preguntarle si era cierto o lo había inventando, después me di cuenta que no hay que preguntar nada sino ese misterio se desvanece de un soplido, ahora solo espero que ustedes hagan lo mismo aunque si me preguntaran si es verdad o no, pues yo tampoco lo se, aunque no me haga entender tal vez, solo les diré antes de que comiencen a leer que yo tampoco me imagino la vida, sin amor.
Recién despuntaba Marzo de mediados de los años 40 en Paris cuando vino al mundo, y entonces el cielo brillo como nunca antes para sus padres. Era una niña que apenas nacía, y ya heredaba toda una tradición de siglos, algo que hoy por hoy es difícil de entender.
La vocación de guardar las formas, de preservar una manera de enfrentar la vida. Dicen que nació sonriéndose, una luna de papel le despertaba sus labios de arrebatos y en sus mejillas como de nubes inalcanzables se podía presentir el mañana. Y eso si que era un buen augurio, los dioses estaban de su lado.
Pero así como si se abriera un abanico, se fueron los días, meses y años y la niña había adquirido un porte de princesa, a sus apenas catorce años. Su madre la Sra. Lourdes de Laspiur y Baldovin, solo vivía para ella. Todo estaba delineado para que la niña fuera feliz. Su cuantiosa fortuna. Su residencia en la zona más cara de la ciudad, su casa de campo en las afueras de Paris. Su cuarto con muebles del clasicismo y provenzales. Sus vestidos de diseño. Sus viajes por diferentes lugares del mundo. Su colegio privado donde pocos podían ingresar. Sus institutrices que aunque ya no existían por estos tiempos, ella si las tenia. Su colección de muñecas y casas de muñecas eran reliquias que disfrutaba con una o dos amigas y hasta sus mascotas eran caprichos que a veces se le metían en el corazón y entonces sus padres no podían decirle que no. Eran suyos dos ejemplares caninos, shih tzu, que daban siempre una vuelta por su cuarto donde ella les obsequiaba galletitas y un pequeño cairn terrier que había hecho residencia en una esquina de una de las salas contigua a la biblioteca ese era su preferido. Los otros los cuatro sabuesos de San Huberto y los dos afganos eran de su padre y no quería saber nada con ellos, pues no podía comprender que a esos animales les gustara la caza, que se volvieran locos persiguiendo aves y alimañazas en el campo.
Su piel no poseía imperfección alguna, tenía los ojos color miel y sus cabellos rubios le dejaban como en la luz del pincel de Renoir.
Sus mayores pasiones eran la danza clásica, donde jamás faltaba a una de sus clases y la equitación, que practicaba en un club cercano a su casa; al igual que cuando danzaba apenas subía a su caballo todos o la gran mayoría se quedaban mirándola embobados, como si no pudieran creer que tanta delicadeza pudiera ser cierta; pero nadie se atrevía siquiera a decirle palabra alguna; porque su posición era casi inalcanzable y además a su padre lo respetaban tanto por ser el mayor mecenas del club.
Como se aprendía a ser la hija de un hombre tan importante. Y no solo eso sino que arrastrar por varias generaciones el orgullo de un apellido de nobles. Como era ser la hija de un hombre que llevaba en la sangre el linaje de un tiempo ya perdido, de un aristócrata que había sido dueño de todas las luces y el poder de la fortuna bajo su sombra.
Ella ni siquiera presumía de ser culta, como iba a hacerlo si toda su corta vida estaba edificada sobre los cimientos de lo que se da por entendido. Sus clases de idioma, latín, y de literatura clásica no le abrumaban, y además crecer con la mirada en las obras pictóricas del general Napoleón Bonaparte, porque en su casa varios óleos de enorme tamaño colgaban de las paredes, realizados por importantes artistas europeos, eso la hacia diferente de la mayoría de las chicas de su edad, la historia sobre todo de Bonaparte la emocionaba sabía por su padre que no hubo en la historia del mundo otro hombre más admirado, quizá y solo en el aun más lejano pasado Alejandro, El Magno había superado sus mas grandes hazañas, pero era casi el mismo respeto que se tenia por ambas figuras a lo largo de la historia que le fascinaba. Pero según le dijera su padre, lo mejor que tenia el general era su corazón, su sabiduría, si hablar de Francia, era hablar de Napoleón, que jamás enemigo alguno pudo derrotar su espíritu abnegado por ofrendar libertad y derechos a tantos pueblos oprimidos.
Eso a Julieta Elena del Prado Laspiur y Baldovin le causaba cierta persistente curiosidad, por querer saber mas del personaje, cierta extraña sensación que nunca pudo evitar le ocurría al mirar los cuadros de ese hombre devenido en emperador, pero sabia también que el tiempo se había marchado, que ya no quedaban mas que recordatorios de esa época. Los Museos, el Arco del Triunfo, y Los Inválidos, ese pasadizo de edificios a orillas del Sena donde descansaban para siempre sus restos, que continuaba siendo visitado por miles de personas, como si no pudieran creer que bajo esa impresionante cúpula estuviera enterrado el hombre que llego a ser el amo de la mitad del mundo.
Dejando de lado sus maquinaciones ella no concebía pensar la historia sin ese héroe y en verdad eso lo llevaba muy profundamente escondido. Aunque su vida se centraba en toda una serie de irreprochables protocolos, que en definitiva terminaron por gustarle, le tomo sabor a cantar el himno, con una mano en el corazón, y leer sobre tradiciones de los pueblos galos, descubrió con el tiempo que nada podía ser tan apasionante. Eso tal vez era ser la hija de un noble, conocer y preservar con pertinacia el pasado después de todo estaba orgullosa de su padre, sentía orgullo cuando este participaba en esos torneos internos de esgrima, dejando de lado sus privilegios, o cuando defendía su nacionalismo absoluto en las fiestas de gala con su talante irreprochable. Amaba el respeto que este le ofrendaba a su madre, y cuando desde su cuarto en la planta alta de la casa, los veía pasear por el parque, él con su impecable porte de caballero y ella con sus vestidos maravillosos sostenida de su brazo con la mirada perdida en sus ojos, era como mirar un film de mediados de los años 30 la época del inigualable cine francés, esos filmes que de niña veía junto a su abuela hasta que terminaban llorando juntas.
Fue antes de cumplir los quince años, que falleció su abuela y eso trajo consigo profundos cambios a su vida. Desde entonces no se sentía muy bien y todo cuanto hacia le causaba una suma tristeza. Muy a pesar de que lo intentaba no podía con la realidad. Fue entonces cuando sus padres hicieron un viaje primero a Puerto Rico y después a Buenos Aires y ella los acompaño. Había muchas posibilidades de hacer grandes inversiones en tierras y en algo que le apasionaba, la cría de caballos criollos y pura sangre. Mientras él se informaba de posibles negocios que con algunos de sus socios comenzaría en unos pocos meses. Ella, y su madre recorrieron todo Buenos Aires, los museos, los centros culturales, los anticuarios en San Telmo, los teatros, y miro de cerca la historia viva del General San Martín ese otro militar que de pronto comenzaba a admirar, y le causo desconcierto saber como sus enemigos primeramente habían querido dejarlo en el ostracismo muy lejos de su patria casualmente en una olvidada ciudad francesa para con el paso de los años y tras la admiración del mundo por el general habían aceptado como parte de la historia mas grande de su pueblo. Dicen que la gente común lo amaba tanto que hubiese dado la vida por el.
En una de esas noches después de casi una semana. Su padre las llevo a una cena de gala en un exclusivo hotel, no era a la primera fiesta que asistía, pero en seguida al llegar le pareció la fiesta mas esplendorosa. Había tantos invitados y no solo gente de las finanzas, sino de la cultura, las armas y la política. El esplendor de esa ciudad que fuera conocida como la pequeña Paris se hacia presente. Se quedo sola en un instante cuando su madre se fue a buscar a su padre y mientras tomaba una copa en un rincón, levanto sus ojos y entonces vio venir a su padre, pero esta vez no estaba solo, traía consigo un acompañante, era un muchacho muy joven vestido de uniforme de gala, que fuera estudiante del Liceo, y también piloto de aviones de guerra, hijo de un gran amigo suyo, un criador de caballos. El muchacho era alto y con una sonrisa especial y unos ojos negros encantadores; él se presento y enseguida comenzaron una charla informal, mientras su padre les dejaba solos por un instante. Su francés era pésimo, tanto como para ella el español. Se llamaba Rafael Guillén Robille, era de Monte Hermoso, un pequeño municipio cercano a la ciudad y sin ninguna mezquindad le dijo que su apellido provenía de Francia, pero que amaba la Argentina, extrañaba su pueblo, su campo y a su madre. De su padre no sabia nada desde hacia muchos años cuando decidió separase de su madre, aunque se habían reencontrado hacia unos pocos meses. En seguida ella le contó un poco de su vida y también de cuanto comenzaba a admirar al Gral. Don José de San Martín, claro que él en seguida le narro su historia, de sus hazañas, de cómo Remedios de Escalada su mujer convenció al pueblo de que donara todas sus joyas por la causa de la libertad, del cruce de los andes en mula entre el arreciante frio, a ella le pareció que se asemejaba mucho a Bonaparte y se lo dijo; entonces él le confirmo que la independencia de esta tierra del yugo español se la debían también al emperador que al invadir España, dejo la brecha oportuna para que los independentistas hicieran la revolución. En una escasa media hora ella ya se sentía a gusto junto a él. Le encantaba su acento, su porte de niño-hombre que hacia de su gentileza un culto. Tenía todo lo que ella admiraba de su padre, cortesía, modestia, y simpatía y además era muy apuesto y varonil. En un lapso él le pidió le acompañara a bailar, ella acepto en seguida sin pensar en lo conservador que era su padre y quizá le reprendería; pero eso no la amedrento, Por supuesto que éste no tuvo ningún reproche, es mas el hecho de verla tan feliz le hizo tanto bien que atinaba a sonreírse casi inesperadamente.
Los jóvenes bailaron hasta bien entrada la noche, ella por primera vez se fijaba en alguien que no fuera su padre y por primera vez comenzaba a sentir cosas extrañas muy dentro suyo, algo indominable, que se le venia al pecho y le dejaba casi sin aliento, y como si fuese un instante irreal, se vio en ese enorme salón esplendente, plagado de no sabia cuanta gente entre sofisticadas luces, bailando una bella música lenta de moda, que adormilaba los sentidos era como si los relojes se hubiesen hecho trizas y le parecía inútil pensar en otra cosa que no fuera bailar, inútil pensar en otra cosa que no fuera amor.
Esa noche fue la primera que el matrimonio Laspiur y Baldovin vio reír a su hija después de meses por ello estaban contentos a mas no poder, y sin saber como agradecerle a ese tan apuesto joven, que aunque no conocían mucho tenían la mejor de las referencias, pues con apenas veintitrés años ya se perfilaba para convertirse en general de brigada.
Julieta y Rafael se despidieron con un muy formal beso en la mejilla y él se atrevió a darle otro en su mano derecha, en señal de profunda admiración. Y luego el muchacho les presento sus saludos a sus padres.
Ahora si, no tenia la mas remota idea de volver a Paris como pretendía su madre en los próximos días. Estaba dispuesta a quedarse a vivir allí, pero no sabia como decírselo a sus padres, en realidad escondía la esperanza de que pronto se encontraría con Rafael nuevamente y tendría el suficiente valor para hablar.
Ya casi había pasado otra nueva semana y a más de recorrer la ciudad, no se le ocurría otra cosa, que pensar en él todo el tiempo, y claro que al final se lo termino confesando a su madre y ella por supuesto lejos de enojarse se convirtió en su cómplice. Le dijo que no estaba mal que se fijase en ese muchacho tan buen mozo, que hubo de ganarse la confianza hasta de su padre, que era un inconformista absoluto y eso ya tenia su gran merito. Lo único que no sabia ¿Que podían hacer juntos? Una chiquilla francesa de apenas catorce años y un joven militar argentino de veintitrés, aunque ella y su esposo se llevaban más de quince años. Fue entonces que Lourdes le confeso a su hija como lo había conocido que tampoco difería mucho de la edad de ella y Rafael. Fue a los dieciséis años, en la tienda de su padre, él ya contaba con mas de treinta, pero no pudo resistirse cuando se presento delante de ella con esa elegancia y su pelo recortado peinado hacia atrás, algo en él le encanto a primera vista, recordó que su padre, estaba furioso porque él les invito a todos a una fiesta de cumpleaños de su padre, en su casa de fin de semana en las afueras de Paris - y mi padre ya sabes en su comercio de telas no tenia mucho roce con nadie a mas de sus clientes, pero sabia que esa inesperada invitación venia a propósito porque le tenia bien vista la cara de audaz que ponía cuando venia a la tienda y justo yo lo atendía. Fuimos gracias a mamá, tu abuela, que lo convenció, y allí en esa residencia en la campiña no solo conocimos a toda su familia, y amigos sino que yo descubrí que él era el hombre de mi vida. Desde el momento que pusimos pie en ese lugar nos atendieron como a nadie, François me hizo conocer primero la casa, tan hermosa y después las dependencias donde guardaban cada objeto que había pertenecido a la familia, y me entere de su amor por el campo, y toda esa dulzura y gentileza que no se le iba cuando se quitaba sus lujosos trajes y así vestido como un simple hombre de trabajo, aun brillaba porque no era altanero ni mucho menos y eso termino por conquistarme, además nunca me olvide del respeto que tenia para con sus padres, y me decía: si el trata a si a su madre, con esa devoción, y prestancia, de seguro será igual conmigo y fíjate los años pasaron, él por supuesto que no es el mismo sobretodo por las grandes responsabilidades que debe afrontar a diario, pero jamás me equivoque porque ya sabes no hay hombre mas gentil que tu padre-.
Julieta se quedo anonadada era la primera vez que sentía que con su madre podían hablar de mujer a mujer y el hecho de descubrir todo aquello le conmovió, entonces imagino también que su destino estaba marcado, porque ella amaba a Rafael sin siquiera conocerlo, pero era aun mas difícil, porque a menos que ella se quedara en Buenos Aires no existía otra posibilidad certera de que llegasen a buen puerto.
En ese mediodía el teléfono del cuarto del hotel llamo, buscando a la señorita Julieta. Ella corrió al teléfono y supo en seguida que Rafael estaba del otro lado de la línea. Le pregunto como se sentía, que había hecho en toda la semana, y cuanto pensaban quedarse, no antes de pedirle perdón por llamar así de esa manera tan atrevida, pero no tenia otra posibilidad. Le dijo que la invitaba a salir en ese fin de semana, porque en el Colegio Aeronáutico no le daban permiso antes y solo esperaba que dijera que si.
Claro que Julieta no pudo negarse. Y comenzó a contar los días para que llegase el fin de semana, con su madre de aliada ya no tenia miedo. Fueron todos preparativos, su madre le ayudo a elegir un hermoso vestido y también se fueron a un salón de belleza y se autodescubrió segura de si misma, porque aparentaba más años de los que tenía y sobre todo porque notaba que su padre también le trataba de otra manera, con cierto respeto que le inquietaba. Le tuvo que decir que Rafael le invito ese fin de semana a salir, pero François, su padre no se inmuto, en realidad sabia que había algo especial en ese joven aspirante y conocer de donde venia, de su lucha por entrar al Liceo, no sabia muy bien en la argentina pero en Francia eso significaba mucho y sabia que su hija estaría muy bien cuidada.
En realidad él joven paso a buscarla muy temprano por el hotel, vestido con traje gris y una camisa de color azul intenso, una boina negra, que le resaltaba su mas que blanca piel y sus ojos oscuros. La llevo al cine, después a caminar por la zona de La Recoleta a comprar algunos recuerdos por ahí y se sacaron fotos, en medio de la gente y hablaron de lo que mas a ella le emocionaba de historia y de Napoleón y le contó como se habían formado los granaderos, y de sus gloriosas batallas, él quiso llevarla a conocer la tumba del general San Martín en la catedral y le describió los sucesos que embargaron la semana de mayo de 1810, ella le hablo del fin de la monarquía en su país y de cómo la ciudad había ido cambiando también poco a poco sus costumbres, de la ocupación alemana, en la 2da guerra, le señalo en un mapa imaginario las calles por donde la gente había salido a defender su libertad, por la invasión y hacia 1944 como Charles de Gaulle, fue aclamado por el pueblo, para volver a ser la Francia autentica, la Francia eterna como de Gaulle lo dijera.
Julieta no supo muy bien cuando él la beso, interrumpiendo su charla de ese proveniente pasado, lo cierto es que casi termino por desmayarse en medio de la mesita de ese café, por la 9 de julio y se enamoro casi desesperadamente de ese solitario que aunque ya era todo un hombre con insignia y grado seguía siendo un chico con un montón de sueños rotos que intentaba reparar.
La dejo en su hotel antes de las 10 y media de la noche y no se fue sin saludar a sus padres. El día había sido perfecto para ambos, y apenas a unos minutos de marcharse comenzaba a ahuecársele en el alma el día y la hora de regresar a sus brazos. Pero en esa noche también descubrió el poder de la aflicción, pues su padre le anunciaba que tenían que retornar a Paris.
No reacciono mal, solo que no podía controlar sus emociones agolpadas, en su alma. Le pidió a sus padres solo tiempo para despedirse. Al otro día volvió a verlo y le dijo que el lunes regresaban, que no sabía como hacer, que ya lo extrañaba sin haberse ido. Él le prometió que siempre estarían juntos, que no se preocupara, que en el momento menos pensado iría a visitarla. Sellaron sus promesas con un beso casi inacabable y fue la primera vez que lloro sin consuelo durante todo el vuelo de regreso. Y de ahí en más su vida fue un horrendo suplicio. No le encontraba sabor a nada, y su bello Paris perdió la luz y el encanto. Casi no salía de su residencia y atinaba a pasarse horas con la mirada perdida, en la cama por ahí sus perros lograban volverla en si cuando se trepaban a su lecho demandando sus galletitas, entonces le lamían las manos y se quedaban acurrucados junto a ella como si entendieran lo que estaba pasando.
No hubo llamadas, ni cartas y el tiempo comenzó a arrojar su pavoroso aliento de olvido por sobre sus días. Pasaron muchos meses, Julieta había cumplido dieciséis años y ahora si adquiría otra apariencia, se vestía con dedicación y aunque superaba el metro setenta de altura, le gustaba usar botas o zapatos que tuvieran tacos altos y el hecho de practicar equitación termino torneando sus antes endebles piernas. Casi siempre llevaba el pelo suelto y usaba joyas autenticas en su delicado y largo cuello.
Cuando acompañaba a sus padres a un evento en algún museo o un desfile de modas o al teatro, su belleza, llamaba todas las miradas y aunque eso a ella le halagaba, seguía como sin ver a nadie, estupidamente enamorada de un hombre que estaba detrás de una cortina, de miles de kilómetros, una distancia imposible para cualquiera, pero no para ella.
Habían pasado casi dos años, cuando alguien llamo a la puerta de su casa. Y uno de los mayordomos le aviso que alguien la buscaba. Casi sin pensar camino hasta la puerta de entrada y se quedo muda cuando vio a ese hombre con un impecable uniforme de la fuerza aérea francesa esperándola. Sin preguntar nada corrió a sus brazos y no hubo mucho para decir, los sollozos estallaron incontenibles.
Rafael tras ascender a general de brigada solicito ser agregado militar a la fuerza aérea francesa y lo aceptaron. Entonces se vinieron los mejores días que juntos jamás habían vivido. Cuando él tenia franco, ella le llevaba a conocer cada rincón de Paris, y algunos pueblos cercanos, hasta se animo a visitar la casa de unos tíos en Normandía y allí le complació revelarle la majestuosidad de los paisajes que colisionaban con el mar. Estar juntos allí no se parecía a nada. Rafael a la sazón comprendió su fortuna, de ser un muchacho de pueblo ahora podía subirse a su avión y mirar la ciudad desde los cielos pensando que allí abajo estaba lo que mas amaba en la vida. Por fin se sentía completo con Julieta esa pequeña mujer que lo embargaba de autentica felicidad.
Fue casi un juego de ternura que les llevo a descubrir todo lo que podían ofrendarse, Rafael le enseño a hacer el amor y aunque era la primera vez para ella, fue como si lo hubiese esperado tanto que no fue para nada traumático como le habían confesado sus amigas. No cumplía aun diecisiete y se sentía realizada, una mujer que tomaba sus decisiones y que podía soñar con los pies en la tierra su futuro.
Fue a fines de noviembre de ese año cuando Rafael le dijo que viajaría a Birmania, tal vez allí debía cumplir con su bautismo de fuego, en una misión de los ejércitos aliados, pero no estaba seguro de ello. Fue difícil para Julieta pero su madre ya se lo había anticipado, que para vivir junto a un militar hay que tener valentía, y dejar de lado las lágrimas.
Se contuvo como pudo cuando fue a la base militar a despedirlo en ese mediodia, solo lloro cuando estuvo sola en su cuarto, porque le paralizaba un terrible mal presentimiento, cosa de mujeres debía ser, pero no lograba contenerse.
Pasaron dos semanas, cuando dos militares se hicieron presentes en su casa, para informarle que Rafael había tenido un accidente, su avión sufrió una falla y siquiera tuvo tiempo para nada, pues se presumía acabo estallado antes de caer al mar.
Julieta sufrió un desmayo del cual no volvió sino después de unas horas y el hogar del aristócrata francés se convirtió en un valle de sombras.
Se encerró en su habitación y esta vez dejo de pensar. Su mente no entendía nada. Hasta que mas tarde confirmaron el hallazgo de su cuerpo carbonizado. Una tragedia. Los padres de Rafael en ese anochecer ya viajaban hacia Paris donde serian trasladados los restos mortales del piloto, para ser velados en el pabellón de la fuerza aérea francesa, pues él estaba bajo bandera y seria sepultado con todos los honores que las leyes de la republica instituían a un militar caído en cumplimiento del deber y ella, viajaba hacia el infierno.
Se hundió con el pasar de las horas, en un sopor que le dificultaba saber si habitaba en la realidad. Cuando caminaba se le aflojaba el piso y le parecía que se le enterraban las piernas en un barro de cemento. Se sofocaba poco a poco en la espera inútil hasta que huyo de su casa en un descuido de sus padres. Camino por las aceras de un Paris sin luces, sin color, ni destino. Apurada, como si fuera a llegar tarde a alguna parte, era el final de algo que aun no había comenzado y eso la empujaba por entre la locura y el dolor infinito. Se perdió entre la gente, mientras en su casa al notar que no estaba salieron a buscarla, por cada lugar, cada rincón de esa ciudad edificada por lánguidos trazos. Julieta fue hasta Los Inválidos y allí se detuvo un instante cerrando los ojos, pensando en ese lugar que escondía los sueños dormidos de su general amado, y se lo imagino cabalgando por una antigua pradera plagada de pinos y cipreses pero ahora lo veía distinto, su rostro era el de Rafael...General de Brigada, el emperador de la pequeña Paris...
Decidió que no lo vería en su ataúd y huyo de allí, no se supo más de ella, después de una intensa búsqueda, la encontraron lejos, cerca de la casa de sus tíos. Se suicidio en esa gélida madrugada de noviembre arrojándose en los despeñaderos de Normandía.
Los sepultaron juntos en la pequeña capilla que la familia Laspiur y Baldovin erigieron en lo mas profundo y alejado de sus tierras, rodeada de añosas coniferas y lánguidas enredaderas en las afueras de Paris, donde el azaroso viento se arrastra castigando de día y de noche las salvajes hierbas que parecieran emitir un infinito clamor que endúrese de tristeza el alma. Allí en el sepulcro una esbelta escultura en mármol de una mujer con una túnica, se quita un velo de su cara, con una mano y con la otra intenta tocar el rostro de un hombre uniformado que le mira imperturbable y se parece a Napoleón, abajo al pie de las mismas reza una leyenda: aquí yacen las jóvenes tempestades del espíritu, el general del sur y su amada parisina que se hicieron invisibles para enseñarnos la ultima palabra del amor; el silencio...
Jamás volví a ver a mi tío que falleció unos años después en su bella, Paris, pero nunca olvide este cuento que todavía desanda entre mis sueños...

La Muñeca de Trapo





¿Cuando, en que momento la locura termina por distor-sionar la vida de un hombre? ¿Como podemos saber, si la demencia puede reconocerse como una enfermedad de claros síntomas o una serie de sucesos devastadores que terminan por crear un escudo, una especie de pararrayos protector contra la realidad que nos traspasa el alma con un formón afilado? Terribles golpes de los cuales quedamos indefensos, un entrecruce de pensamientos que terminaban creando una muralla insoslayable...Realidad o fantasía...
Lo supe solo de casualidad la muerte de ese hombre me causo tal impresión que después del infeliz hallazgo, quise saber cuales eran los motivos que lo habían llevado a ese tan desmerecido destino.
Lo sospechaba en realidad, descubrí tras mi investigación, una de las más inexplicables historias de amor que pude haber conocido. Entonces me pregunte por todas esas limitaciones que hacen de nosotros unos pobres seres desvalidos, incapaces de siquiera acercarnos a lo que anhelamos, no obstante para algunos, no hay confines ni mucho menos cuando se trata de amar.
Me dijeron que el ingeniero marítimo Marcos Finisterra volvió a Buenos Aires después de muchos años, al parecer después de décadas trabajando en un buque pesquero en diferentes lugares del mundo.
Logro demasiado en poco tiempo en realidad, el suficiente dinero como para procurarse un mejor pasar, pero no digamos que por el resto de su vida, sino para darse con algunos de esos caprichos personales que nunca vienen mal, así en cada año se tomaba un mes para recorrer el país que amaba, conocía casi todas las playas de España y los recónditos parajes de la península ibérica, quería descubrir el corazón de la tierra madre.
Le encantaba viajar, por las pequeñas comarcas, descubrir, las costumbres y cada leyenda de los pobladores, desde Cataluña hasta la vastedad insólita de los 21. 000 Km. de Galicia, era para él como descubrir reliquias pero por dentro.
Quien sabe porque, tal vez el hecho de que su madre netamente gallega que había perdido a sus 7 años, le atraía a viajar de esa manera era de seguro un modo de acercarse a ella y a la cultura de sus ancestros. No podía creer en semejante belleza y más del pasado, no lograba comprender todavía porque su madre había decidido marcharse de allí, si era tan hermoso.
Tal vez con el pasar de los años él decidiría al fin quedarse, ese era su sueño. Siempre en realidad retornaba hacia la Argentina con la dualidad de sus raíces desencontradas, nunca le alcanzaba el tiempo para quitarse esas ganas de seguir recorriendo España.
El tiempo se fue y como todo, un día decidió que había llegado el momento de hacer un alto, habían sido muchos años de tropiezos, de idas y venidas un tanto desesperadas buscando un poco de sus raíces y término por radicarse al fin en su querida madre tierra.
Ahora de pronto su vida daba un giro de ciento veinte grados, así que monto un café bar temático, en pleno centro de la ciudad, donde uno podría leer el libro que quisiera y si lo quería comprar pues en buena hora. Eligio una esquinita, de Galicia en un local pequeño pero no menos acogedor. Con un poco de imaginación logro ambientarlo con esa dosis que el anhelaba tuviese al estilo Art. Déco de los años 30. En seguida fue un éxito, y sin ningún tipo de tapujos a los pocos meses comenzó a hacer planes para su próximo viaje que le cambiaria la vida para siempre.
Fue en una tarde que se le ocurrió que así como le había ido tan bien en Galicia ¿Porque no intentarlo en Buenos Aires? Decidió montar entonces un ambicioso proyecto, llevaría su café temático también a un selecto lugar de la ciudad donde hubo de nacer.
Tras viajar allí, en menos de un par de semanas ya tenia elegido el lugar, enseguida se propuso buscar la gente adecuada es decir los diseñadores de interiores para que su idea tomara forma. Él quería que fuera como una copia de su café en Galicia.
Fue entonces cuando conoció a Elena Trinakov una bellísima mujer descendiente de inmigrantes rusos que interpreto perfectamente la ambientación que quería lograr. En primera instancia no pensó en ella nada mas como una gran profesional, después y tras esporádicas charlas de café Marcos comenzó a pensar en ella como la indicada para gerenciar el lugar porque si hacia cuentas, no conocía a otra persona en tan poco tiempo que fuera tan honesta y a la vez con una convicción desbocada por su trabajo de decoración de interiores. Ella no acepto en seguida, pero a unos días le dijo que si con una emoción desmesurada y no solo eso porque entre los paréntesis de las ocasionales salidas y charlas de trabajo, él se termino enamorando de sus finos rasgos, de su piel que irradiaba salud por todas partes, de sus ojos grandes y transparentes, y de esa altura de sus piernas que le dejaban anonadado porque cuando caminaban a su par le parecía mirarla hacia arriba; como entre los cielos, su belleza a mas de ser inesperada poseía cierta ternura intransferible casi el de una niña pero grande, que aun precisaba la protegieran.
El éxito volvió a llamar a su puerta, el café estaba atiborrado de gente de día y de noche. Elena ostentaba el don de llevar a buen puerto cualquier emprendimiento y claro que amaba a Marcos desde el primer momento que lo viera; solo que nunca se había animado a confesárselo, solo en unos meses al fin las dudas que tenia sobre ese solitario hombre, se le disiparon por completo, era sin dudas el amor de su vida tal vez su porte desprolijo, su cuerpo repleto de músculos, que cuidaba como nadie, sus cabellos castaños lacios y un poco largos, su piel de italiano- español curtida por los años de trabajo entre el viento marino, su sonrisa cansada y su barba siempre a medio crecer le daban un aspecto que no conociera en ningún otro hombre, con él se sentía segura, resguardada de los peligros, con él podía sentirse una mujer plena, satisfecha de sus logros y dispuesta a dar batalla de todo cuanto le significara un desafió.
En menos de lo que pensaron, comenzaron los viajes. Ella por lo general volaba a España, entonces él la esperaba con el corazón en la boca para llevarla a recorrer los museos y galerías, los poblados encantados por el mar y la soledad, y entre hoteles y carreteras, Marcos descubrió la pasión de Elena por las muñecas de porcelana antigua, y las hechas a mano, por eso visitaban anticuarios buscándolas y mientras tanto habían inventado sus mejores besos tan inolvidables como sus noches, podían detener desde la cama de un cuarto de hotel, los lánguidos amaneceres que se quedaban estampados entre la levedad del aire de sus respiros. Fueron a Zaragoza, con su esplendorosa basílica de Nuestra Señora del Pilar, realizada por el pintor y arquitecto Herrera el Joven, y Ventura Rodríguez, Marcos le contaba de sus vidas que se las sabia de memoria al igual que de la influencia de los árabes en el palacio de la Alfajeria, y Los Reinos de Taifas donde había florecido la arquitectura y el arte, le hablo del Collar de la Paloma, el libro de versos de amor de Ibn Hazm el islámico que termino deslumbrando al mundo cristiano. En Valencia, ella descubrió la albufera, es decir las comarcas litorales tradicionales y se maravillo con las novelas de Blazco Ibáñez, a más de no tener palabras para describir la ciudad y su gente y la profunda historia de sus murallas y edificios. En Barcelona, le pasó lo mismo solo que tenia mucho mas en claro los ejes de la ciudad, pues ya había estado allí en unas vacaciones, pero no era lo mismo siquiera mirar el puerto, desde un café y escuchar el origen de la ciudad de labios de Marcos, los asentamientos iberos, del siglo III a DC, convertida en condado por el Conde Gifré I, el nuevo emerger de la ciudad bajo la tutela del Conde Berenguer I hasta consolidarse con Fernando, el católico, Felipe V. Carlos III y Fernando VII hasta constituirse en provincia en 1833. Quien pudiera imaginar que Barcelona fuera a primera instancia una colonia romana llamada Colonia Iulia Augusta Paterna Faventia Barcino y luego ya en la edad media, se construyeran sus murallas por Jaime I, el conquistador, hasta Pedro IV el ceremonioso, estaba fascinada por toda la erudición de su novio, y también gracias a sus viajes se hizo adepta a las leyendas Toledanas y al fin definitivamente, Elena también se había enamorado de España, pero aun así no estaba aun dispuesta a cambiar su bello, Avellaneda por esto que aunque le deslumbraba le parecía que no podría librarse tan fácilmente de ese cierto velo de nostalgia cuando pensaba en Buenos aires, era una especie de sombra que le seguía a todas partes y esas eran sus ganas de volver, sus ganas de estar con su familia y su gente.
Pero eso no impidió que decidieran casarse tras un año y medio de vivir como en los aires tan enamorados, como comprometidos. Lo hicieron en una pequeña ceremonia, en una pequeña iglesita de barrio y festejaron en una quinta en las afueras de Buenos Aires con algunos familiares próximos y solo los amigos más íntimos. Y despertaron a la felicidad, esa que solo aparecía como un atributo de los sueños, una felicidad deslumbrante, mágica, plagada de emociones y ternura.
La luna de miel fue en Galicia y tras esta decidieron radicarse en Buenos Aires, cerquita del puerto, un poco porque ella amaba el mar y otro porque él había conseguido lo nombraran en una empresa marítima de origen holandesa como asesor, en las oficinas de la misma en Capital Federal. Aunque ahora ya sus cafés temáticos se habían multiplicado con demasiada rapidez, contaba con cinco en España y cuatro en Buenos Aires.
Marcos ahora solo soñaba con hijos y atrás fue dejando la locura de su infancia de soledades, sin madre, y con un padre italiano que jamás conoció. Todo ese dolor de sus imposibles se esfumo casi no podía entender si su pasado malversado había sido real o parte de una pesadilla.
Les iba muy bien, cada vez mejor tanto que decidieron expandir sus negocios a otros rubros como el inmobiliario, compraban casas y ella con todo su talento las reciclaba entonces tejían lazos para venderlas, eso fue un disparador prácticamente de lo que vendría después, desde Europa el directorio de la empresa marítima que lo contratara, eligió a Marcos para presidir un proyecto de inversionistas holandeses y eso lo catapulto no solo a disponer de grandes ingresos sino a poner en juego su olfato, su visión de hombre de negocios. En realidad tras de su sombra Elena era quien le daba la seguridad que precisaba y claro que no fallo en nada, en menos de dos o tres años a mas de un nuevo y jugoso contrato, eran dueños de un piso en la Costa Azul, y habían capitalizado sus empresas.
Fueron casi 9 años donde todo lo que tocaban se convertía en oro y claro que estaban mas que enamorados mucho mas que en los años pasados y en un derroche de entusiasmo a veces les gustaba imaginarse como seria envejecer juntos, como seria ese costal de los sentimientos, como seria extrañarse y que no doliera.
Casi llevaban juntos doce años cuando Elena enfermo inesperadamente, tanto que fue decayendo como una melodía de Chopin, en medio de los atributos de la tragedia de no poder comprender que estaba pasando. Marcos se hundía bajo el peso descomunal de un iceberg en cada anochecer sin encontrar una salida, sentía que le brotaba un torrente de lagrimas silenciosas de su corazón cuando la miraba apenas iluminada por la pantalla de un velador de pie, toda huesuda y a la vez abandonada en la cama, como si fuera una de las tantas muñecas de su colección pero a diferencia ella era una enorme muñeca de trapo… La leucemia se adueñaba de su destino y le daban ganas de echarse a su lado cubrirla con su pecho para que no sufriera de hecho lo hacia, pero a unos minutos sus sollozos eran irrefrenables tanto que terminaba por despertarla y entonces en su debilidad ella lloraba con los ojos fijos, imparpadeantes sin siquiera mirarlo con una mudez absoluta.
La sepultaron en la Recoleta tras unos pocos días de agonía que habían sido verdaderamente eternos para Marcos y ese atardecer no hubo nada mas de especial que un enorme sol blanquecino que iluminaba toda la ciudad de los muertos. El enorme mausoleo que Marcos consiguió comprar en esa semana, a una encumbrada familia de la antigua nobleza fue el escenario de todas las miradas de los curiosos y los escasos amigos.
Al otro día y como si fuera un misterio nadie supo donde estaba Marcos, dejo de responder llamadas, y se fue de la casa donde había pasado los mejores años de su vida. Decidió dar fin a sus negocios y renuncio a su puesto en la compañía. Viajo a España y allí se dedico a lo que siempre quiso hacer, a sus viajes inacabables, volvió a los lugares donde había sido tan feliz con Elena en su luna de miel, recorrió las costas, los pirineos, las comarcas, a veces se hospedaba en cualquier hostal y desde allí avistaba sus recuerdos, placidamente hasta dormirse, en otras ocasiones ponía música clásica a todo volumen y se dejaba llevar recostado con la mirada fija en el techo, que se convertía en una gran pantalla donde veía proyectados cientos de imágenes de Elena, el amor de su vida; se le ocurría pensar que jamás encontraría una mujer igual, y de seguro no se equivocaba; ella había nacido para él, ambos lo sabían.
Así pasaron meses enteros, borrado del mundo sin ningún proyecto en vista, ya no tenia fuerzas para luchar y no lo haría. Pasaron años nadie volvió a ver al ingeniero que fuera el prototipo del éxito, se suponía que ya vivía una nueva vida en la madre tierra a mas de que el tiempo termina por devorar hasta las mejores impresiones de alguien afortunado.
Pero Marcos había vuelto en realidad hacia muchos años, y ahora era otro, cuando la policía irrumpió tras una denuncia anónima en el mausoleo de la familia Finisterra y al grito de que quien estuviese allí saliera con las manos en alto, ninguno podía dar crédito a lo que estaba viendo, tras unos segundos emergió desde las sombras, un hombre enjuto, con la piel pegada a su rostro, endémico con todas las arrugas gestuales marcadas como con un bisturí, de cabellos desgreñados, y tan sucios que estaban pegados como una masa informe, con las ropas tan avejentadas y harapientas que costaba distinguirlas de su cuerpo cadavérico. Nadie sabía explicarse como ese hombre podía mantenerse aun en pie.
Tras ser detenido confeso que él era el ingeniero Marcos Finisterra, desaparecido hacia casi una década, dijo que salía solo de noche a buscar algún alimento y después regresaba al mausoleo. Allí vivió por casi una década ocultándose de las miradas al lado del cadáver de su esposa.
Se convirtió en un verdadero paria, un fantasma que muchos habían visto emerger por las noches del cementerio, causando fascinación, terror y asombro. Hasta su voz apenas perceptible costaba reconocerla aun para sus familiares más cercanos. Era uno de esos casos imposibles de digerir, pero lo tremendamente extraño aun no sucedía. Cuando revisaron el mausoleo en busca de alguna prueba que terminara por corroborar sus dichos, apenas entrar se dieron cuenta que el enorme sarcófago estaba semiabierto y entonces fascinados los policías descubrieron el cuerpo de Elena en completo estado de conservación tras diez años de haber fallecido, como una virgen inmaculada, su rostro permanecía exactamente fuera en sus mejores años, al igual que sus manos entrelazadas, pulcras, perfectas pero en ella según los informes no se había practicado ninguna técnica de embalsamamiento o de conservación especial. Pero ahí no termino la historia cuando al fin el ingeniero Finisterra es trasladado al psiquiátrico a mas de sus suplicas que lo dejasen regresar al lado de su amada, de su pequeña muñeca de trapo, engullido por la desesperación sufre un terrible colapso nervioso que le detiene su cansado y sufrido corazón. Cuentan en el cementerio que al siguiente día los mismos empleados del lugar fueron a poner las cosas en orden al mausoleo y tras abrir el féretro encontraron que el mismo cadáver que hacia unas horas estaba completamente incorruptible, ahora era una aguzada calavera hundida entre los trapos lujosos de su mortaja y las manos que les hubo de impresionar por su tersura, solo unos afilados huesos entreverados.
Fue una conmoción tan grande para esos hombres que salieron corriendo como si hubiesen visto al mismísimo diablo. Para los policías que concurrieron de nuevo incrédulos al lugar, tanta fue la impresión que les causo aquello que los apartaron de sus sendos puestos públicos tras perder sus corduras poco a poco.Quien sabe lo que pudo pasar en definitiva, no lo imagino pero me supongo que la pasión desmesurada, desataviada, intransferible, de un hombre enfermo, sostenía la imagen de la muerta como fuera, tal vez Dios quiso que no sea mas siniestro aun de lo que pintaba ser, hasta que llegase el momento de la partida también de ese hombre, una pequeña compasión perdida para nuestra razones pero que yo creo posible en los que descubren al verdadero amor...

miércoles, 4 de febrero de 2009

LA OTRA GLORIA DE VIVIR




Publicado en La Rioja Argentina, a fines de 1999, libro en prosa que narra una historia de amor donde los personajes principales, dejan al descubierto sus emociones, sus temores y aspiraciones, a traves de una inspirada prosa poetica que nos habla directamente al corazón
este libro contiene 168 páginas, divididos en 79 capítulos.

Edicion en papel agotada. Edicion en formato electronico a pedido a serggiooros@hotmail.com

V - UN NIÑO EN SOLEDAD




Coleccionaba flores que disecaba en el silencio de pronto yo era un niño mudo... Continuaba si en el mundo de todos haciendo las cosas comunes a los días, pero ya no estaba aquí, ni allá ni en otro lugar, me complacía quedarme solo en mi cuarto haciendo desandar mi alma por túneles multicolores que a mi antojo jamás terminaban... Y empecé a leer; me pasaba horas enteras de página a página y cuanto más grande y voluminoso resultaba el libro que caía en mis manos yo más me alegraba pues así huiría hacia otra gran aventura sin retornar a lo vulgar de las cotidianeidades. Creo que fue en ese entonces cuando perdí a mis amigos, no porque quisiera hacerlo más bien los aburría demasiado con la melancolía de mis pocas palabras.
Este cambio de personalidad desencantado violento; una sola impresión a mi existir que hueca en la razón comencé sintiéndola agudamente en el centro del pecho justo al lado de donde lloran los latidos “LA SOLEDAD” veía soledad en la luz y en las sombras, soledad en mis pasos, en el rostro de los demás, descubrí asombrado la soledad de las piedras y monumentos, de símbolos y edificios. La soledad reinaba en las esquinas, hacía guardia en los caminos y en los templos ¡OH! La soledad acechaba a cada uno de los hombres apresándolos impiadosamente... No obstante, yo todavía siendo niño ignoraba el origen de tales desamparos.... Luego pensaba en Lizny y me preguntaba si a ella le sucedía lo mismo que a mi pues nunca hablaba y siempre estaba triste...

I - LIZNY




Apareció cual una gran flor de girasol en los maizales o como una emigración de mariposas desde los mares del sur, provocando a su presencia al igual que aquellas exclamaciones asombradas de mis amigos y una mezcla de ternura y curiosidad en mi.
Cuando la vi por primera vez, pensé en el sol de las últimas horas que en aquellos días de marzo marchitábanse en cándidos colores nacáreo-púrpureos y muy leves amarillos.
Lizny tenía sus cabellos lacios del rubio más claro y puro recogido siempre con la ajustada, delicadeza de un moño azul muy pequeño, sus ojos daban esa tonalidad celeste que encala el cielo cuando en la mitad del invierno van anunciándose lluvias sobre-saltadas que parecieran librar las alturas justamente de ese polvillo que impide su absoluta transparencia total e infinita...
Sobre su naricita y las mejillas esparcíanse con naturalidad decenas de pecas concediéndole un aire de precocidad tan risueño y dulce que en seguida procuraba la amistad de quién se le acercara...
Yo habría de contar con trece o catorce años en aquel entonces y a mis aires de hombrecito, ella no era sino una niña¡ frágil niña! Que solo había visto tal vez una primavera más. Pero después de aquella primera vez comencé a experimentar una terrible sensación de angustia en mis pupilas si ella no regresaba, aunque sabía de todas maneras que lo haría pues su madre ocupábase de nuestro jardín una, dos o tres veces a la semana; así fue mi descubrimiento del tiempo tal desordenadamente no lo era .
Aprendí a contar minutos como semanas, semanas como años, años como segundos, segundos como meses, meses como horas; horas como milésimas y milésimas como relojes detenidos, hasta creárseme tremebunda confusión incontrolable. Día a día muy temprano me levantaba a husmear si la niña acompañaba a su madre en las tareas, por los ventanales ubicados en la planta alta de la casa ¡vaya! Y con que decepción me volvía a la cama si ella no está ahí, y si estaba apoyaba mi frente en los cristales, mi cuerpo adquiría la solidez de una columna griega y... La observaba trasmigrar en sus brazos rebaños mojados de cercenadas hojas o ya quitarle la malformación a los helechos barbudos o librar batallas cruentas con ejércitos furiosos de hormigas.
Su permanencia en el jardín a más de librarme de las aflicciones me retornaba a la omnímoda tranquilidad luego de que LIZNY y su madre terminaban sus obligaciones a veces si todavía no era muy tarde, retornaba a la cama con el corazón iluminado y cerrando un poquito los ojos veía ese sol luminoso de no se cuantos colores y a LIZNY cultivando flores de nubes alisas en todo su interior....

martes, 3 de febrero de 2009




Esta obra antologica contiene ocho libros, en versos, de los mas de 20 que he escrito a lo largo de mi carrera literaria.

Su titulo PIEL DE OCTUBRE, hace referencia a esos instantes donde el tiempo se detiene, donde nos parece que todo es perfecto, aun que por cierto no lo sea. Es una emoción , una sensación que casi no tiene explicación sino a traves de la metafora y un juego ludico de imágenes intimas.

Fue publicado en el año 2006 y apunto de agotarse su primera edición, la idea es, acercar mi obra a un publico nuevo que no tenga fronteras y que se a ciencia cierta que podrá disfrutarla.

Tambien su edicion en papel podra ser solicitada a la direccion de correo electronico serggiooros@hotmail.com .

Hubiera sido diferente




Hubiera sido diferente, serian míos otros días
contigo a la deriva por los campos en Bruselas
con la luna invalorable del atardecer, lejana
a tu piel que es aun más bella...

Con el invierno en los cruceros, con la sombra
de las rosas en tus ojos, divina cuando te quitas y dejas
a la luz tu desnudez y apareces tan pura así
de modo que se queda helado mi corazón...

No se, tendría lo que nunca tuve
Las ganas de reír , los verbos de una mata de abedules
Y el deseo de verte a cada instante...

Con esa ansia que te quema por dentro
Y no te deja respirar, seria sin duda el que se oculta
En mi, el que ya nunca podrá ser...

(Poeta en Praga)


me parece que ni en todo el mundo
podré encontrarte ya, que no me queda donde...
Cae la lluvia por el río que divide la vieja ciudad
y la humedad se extingue por la piel del aire.

Solo, por las calles de Praga, casi vencido por la noche
y el frío, ya sin el habla natural de mi poesía
soy un hombre más con el cansancio de su vida,
encorvado en el abrigo oscuro de los que ya no sueñan...

Como mirar ahora, los portales de una antigua mansión abandonada
O de una iglesia hecha en las sombras de su extrañeza
Sin creer que aquello es bello...

O cuales ojos usare para tocar las hermosas luces vestidas
De los principados con sus faroles de bronce labrado de sus parques
¡Como convencerme de que ya no soy poeta!...y de que ya no te amo...

A que hora mi memoria


A que hora mi memoria,
Le puso a nuestro hogar la alegría...
Los arboles se declinan al peso lunar
Y los pensamientos se humedecen de reinos azules.

¿Y yo? ya nadie sabe de mi, ni sabrán jamas
del octubre donde vivo, entre nocturnas
suntuosidades desveladas...¿y tu? ¡oh! quien lo, descubriría
como se ha adueñado el rocío de esa sórdida risa...

Si bastan tres suspiros estrellados y ninguna espera
Si te vistes con sedas infinitas
Que solo con tocarlas, caen a la imposible oscuridad.

¡Ay! Pero desnuda eres la mas grande de mis melancolías
sosteniendo mis madrugadas sin retorno
hasta que se mueren mis ojos por las calles vacías...

Esa nostalgia, que te lleva


Esa nostalgia, que te lleva
A ser la que no quieres
Triste, como un día, que no acabase nunca
Porque alguien nos espera en la distancia.

Quien te extrañase más, amor
Cuando te vas, si derribas las brisas
Del tiempo que pareciera cortarme las manos
Por entre los versos y el dolor...

No puedo convencerme de que olvidas
A veces, tus pupilas en mis cielos y me llueven
Tus párpados, cuando miro en las ventanas...

huyes, a mas allá del mar en un viaje que me fuera
A dejar tan solo y ni siquiera puedo creer
Que piensas en mi...amor...